En este artículo, te vamos a dar las claves para que, como foodie, sepas cocinar un Marmitako y apreciar su sabor. El Marmitako es una de las preparaciones clásicas de las clases populares del Mar Cantábrico. Aunque no es una receta especialmente difícil, si no tienes experiencia sí va a ser bueno que tengas unas referencias.
El Marmitako empezó siendo un plato que se cocinaba en los barcos de pesca, aprovechando la materia prima. Este plato es de temporada y lo ideal es cocinarlo durante la campaña del Bonito, en verano. Hoy es uno de los platos más característicos del Mar Cantábrico.
Materia prima
La principal materia prima para cocinar un Marmitako es el bonito, pez del género Scombridae. Estos ejemplares pertenecen a la familia de los pescados azules y que se caracteriza por aportar proteínas y ácidos grasos del grupo Omega. Es importante no confundir con el atún que, aunque emparentado, no tiene el mismo sabor ni propiedades. Además, en este plato se suelen incluir patatas de la zona para aportar hidratos de carbono. También se añaden hortalizas como cebollas y pimientos, en función de lo que se disponga. En todo caso, los ingredientes accesorios dependen de lo que haya en los alrededores, existiendo algún margen de interpretación. Hoy podrás encontrar todo lo necesario en los grandes mercados de abastos de las capitales.
Existen otras versiones del plato que incorporan algas o atún fuera de temporada, pero entonces no estaremos hablando de Marmitako propiamente dicho. Existen, también, otras formas de denominar al plato, como Marmita o Sorropotún. Por ejemplo, en el oriente de Asturias y occidente de Cantabria, se le conoce como Sorropotún, pero los ingredientes son los mismos que en el País Vasco. Finalmente, es importante recordar que el nombre del plato viene de la marmita de metal en la que se suele cocinar.
Cocinar un Marmitako: receta
En este caso, vamos a proponer una receta de Marmitako para cuatro personas. En primer lugar, asegúrate de contar con dos kilos de patatas y medio de bonito, además de pimiento, cebollas, aceite y sal. Tendrás que hacer un caldo con las espinas y la cabeza del bonito y, posteriormente, añadir laurel y otras especias. Una vez que consigamos el punto de ebullición, lo colaremos para limpiarlo de impurezas. Posteriormente, nos aseguraremos de contar con el resto de los ingredientes pelados y cortados para seguir con el proceso. En la marmita tendremos que empezar a cocinar la base del sofrito con la cebolla, los pimientos y otras especias.
Una vez que el sofrito esté en su punto, habrá que volcar las patatas para que se vayan rehogando, eso sí, a fuego lento. Finalmente, incorporaremos el caldo. El bonito siempre tiene que ir en último lugar, para evitar que pierda sus propiedades. El proceso de elaboración no excede la hora y, si seguimos cada paso, tendremos un plato nutritivo y sabroso. Para que lo puedas disfrutar plenamente, recuerda que el bonito tendrás que servirlo en dados cortados. Esta es una oportunidad para que, como foodie, vayas aprendiendo a controlar los tiempos de cocción.