Aunque es obvio que hay especialidades que entran mejor en verano que en invierno, a veces olvidamos las cuestiones estructurales relacionadas con el clima. Aunque los sistemas de refrigeración permiten que hoy podamos comer especies tropicales, esto no siempre ha sido así. Por lo tanto, tomar conciencia de qué es lo natural nos sirve para tener en cuenta los factores que más pesan en nuestra alimentación. En este artículo intentaremos dar dos explicaciones. En un caso nos basaremos en la bebida y, en el otro, en la comida. En primer lugar, hablaremos de las bebidas fermentadas en Europa. En segundo lugar, hablaremos del consumo de hidratos de carbono en China.
El clima en la elaboración de bebidas
Tradicionalmente, Europa se dividió en tres territorios, según la bebida. En la Europa Mediterránea se bebía, sobre todo, vino. En la Europa Atlántica, se consumía, sobre todo, sidra. Finalmente, en la Europa Central se bebía, sobre todo, cerveza. Las tres zonas tienen unas particularidades climáticas que ofrecían que determinadas especies se diesen mejor. Y, por lo tanto, eran la base de las bebidas. No hay que olvidar, además, que en los tres casos estamos hablando de bebidas fermentadas y de un grado alcohólico bajo o moderado.
En el caso de la vid, se da en territorios con sol. Deben estar decantados hacia el sur y en alturas no superiores a los 600 metros. Por eso, la costa del Mediterráneo era óptima. La sidra se puede elaborar allí donde hay manzanas, caso de Bretaña, Inglaterra o Asturias, por ejemplo. Finalmente, la cerveza se da allí donde se cultiva cebada en abundancia, siendo el centro de Europa el lugar adecuado. Por lo tanto, vemos cómo el clima es determinante para producir un producto u otro. En una sociedad donde el desarrollo de los transportes era limitado, la abundancia de materia prima decantaba.
El clima en la alimentación de China
De la misma manera que en las bebidas europeas, en China también hay una frontera entre el consumo de productos. El estereotipo del consumo de arroz no es, en absoluto, general a todo el país. Existe una línea que corta el país en dos, en el sur arroz y en el norte trigo. Básicamente, esto se debe al clima, puesto que en una zona se da más el trigo, de ahí que las pastas sean más habituales que el arroz. En cambio, en el sur, gracias a la climatología que favorece los arrozales, se utiliza este ingrediente.
En cualquier caso, y más allá de esa división, la alimentación en China es mucho más compleja. La herencia colonial británica y portuguesa se puede ver en Hong Kong y Macao. De la misma manera, no se come lo mismo en Zhejiang que en el Tíbet. ¿Por qué? En primer lugar, porque el clima es diferente. Y, en segundo, porque no hay disponibilidad de pescado. En cualquier caso, y si eres foodie, te gustará saber que, según el clima, se cocinan otros platos. Aunque la globalización ayuda a relativizar este punto, es bueno tener conocimiento.