Probablemente, muchos nos hemos encontrado con que la cocina es una disciplina a la que nos hemos aficionado ya de adultos. En las sociedades avanzadas nos hemos encontrado con que no nos han enseñado a cocinar y lo hemos tenido que aprender a marchas forzadas al emanciparnos. Luego, tener familia nos obliga a hacer de la necesidad virtud y desempolvar conocimientos. Además, el tiempo que requiere cocinar al horno o cocer ayuda a muchas personas a relajarse. En este artículo hablaremos de la historia de la cocina y cómo lo que era una ocupación se ha convertido en una vocación para muchos.
Los orígenes de la cocina y su evolución histórica
La cocina está íntimamente ligada al dominio del fuego y a la cocción de los alimentos. Calentar la carne y los vegetales permitía matar gran parte de sus bacterias y microorganismos, y así digerirlos mejor. A medida que pasaron los años y la sociedad ganó en complejidad, cocinar pasó a ser un ritual más. Como ya es sabido, en una sociedad patriarcal, esta labor era encomendada a las mujeres de la casa. En la Antigüedad, Edad Media y la Edad Moderna, esa división del trabajo en el hogar se mantuvo, en esencia.
Aún así, hay que indicar que determinadas actividades culinarias, a partir del siglo XIX, eran masculinas. Un ejemplo es la paella en Valencia, que era cocinada por los hombres de la casa en domingo. Otro caso es el de los txokos o Sociedades Gastronómicas del País Vasco, donde los hombres cocinaban para sus cuadrillas. Finalmente, hay que destacar el hábito de las barbacoas, de origen americano, donde también cocinaban los hombres de la casa. En todo caso, hay que indicar que estas actividades se realizaban como evento social, y no para cumplir con una necesidad de supervivencia.
La cocina como vocación
Afortunadamente, la incorporación de la mujer al trabajo y la aspiración de igualdad entre sexos hacen que las tareas en el hogar sean responsabilidad de los dos. En este caso, la cocina pasa a ser una cuestión de la que ambos miembros de la pareja han de tener conocimiento por una cuestión práctica. Además, los alimentos de quinta gama son una buena alternativa si no se tiene mucho tiempo para cocinar, gracias al perfeccionamiento de las técnicas de refrigeración, congelación y regeneración. A partir del siglo XX surge, además, la figura del cocinero por vocación, que puede ser hombre o mujer indistintamente.
El cocinero por vocación cocina por el placer de ofrecer un plato gustoso. En parte, es una evolución de la cocina como evento social, pero en este caso, puede ser en solitario. Una sociedad de servicios y que valora el tiempo es la causante de que no tengamos tiempo para cosas que hacían nuestros abuelos y que las valoremos más. De ahí que hoy en día apreciemos un plato bien preparado sin prisas y estemos dispuestos a pagar por él. Existen varios cursos para cocineros y cocineras aficionadas que pueden, fácilmente, aprender a cocinar varias recetas.