Hay una criatura marina ágnata y que no podemos considerar como pez. Se pesca en el curso bajo del Miño y levanta pasiones: o la amas, o la odias. Se trata de la lamprea, una criatura marina muy antigua que, desde época romana, se cocina en poblaciones del sur de Galicia como Arbo, en Pontevedra. También en la zona contigua de Portugal. Su antigüedad, de más de 500 millones de años, y su bajo nivel de evolución lo convierte en una de las criaturas marinas más primitivas que ha encontrado su reducto en esta región.
La lamprea en Galicia
Está atestiguada su pesca en Galicia a través de arpones o pesqueiras. Son pequeñas construcciones formadas por sillares de piedra que capturaban el animal y evitaban su desangramiento. Este animal nace en el río, baja al mar para alcanzar su madurez sexual. Después vuelve a remontar el río para desovar, muriendo poco después. Tiene una esperanza de vida de entre tres y cuatro años. Aunque hay debates acerca de cuándo es el mejor momento para pescarla, lo cierto es que el esfuerzo que tiene que hacer contracorriente hace que pierda peso y sus carnes sean más prietas. Ese el momento más indicado para degustarla: si mide un metro, hablamos de un animal de un buen tamaño.
Aunque se parece externamente a las anguilas, no guarda parentesco directo. La lamprea se alimenta a partir de sangre de otros vertebrados, puesto que su boca cónica está concebida para rasgar la piel de otros animales y aspirar el alimento. En época romana estaba atestiguada su existencia en toda la Península Ibérica. Hoy tan solo la podemos encontrar en los ríos Miño y Ulla. Su periodo de captura y degustación es en invierno, entre principios de enero y finales de octubre. Su revalorización los últimos años la convierte en un plato muy codiciado por miles de personas.
Recetas con lamprea
Fundamentalmente, hay dos recetas para degustar la lamprea. La primera es comerla a la bordelesa, cocida en su propia sangre con vino tinto, laurel, sal, ajo y pimienta. Es la más habitual y se puede combinar con arroz, típico de poblaciones del sur de la ribera del Miño como Valença. Si hay algo que he de destacar de este plato es que la lamprea tiene un sabor característico. Por eso, difícilmente podemos emplear como referencia ningún otro pescado conocido. De hecho, la primera vez que comí lamprea, me tuvieron que decir que lo era, porque no sabía asociar su sabor a nada que hubiera probado antes.
Otra forma de preparar la lamprea para poder comerla todo el año es secarla y ahumarla, para utilizarla como relleno de empanadas o combinarlo con huevo duro y jamón. Es común que en las fiestas de la lamprea que se celebran en Arbo y Padrón se pueda degustar así. De esta manera se evitan las limitaciones temporales y, de hecho, ya hay empresas que comercializan este formato envasado o en conserva. Por lo tanto, si deseas probar algo realmente diferente, esta es una opción interesante.