En muchas zonas rurales de España, en las personas mayores persistía el recuerdo de la escasez de posguerra. Como consecuencia del desarrollismo, la comida pasó a ser un bien abundante y poder comer carne tres veces a la semana dejó de ser un lujo. En muchas regiones, empezaron a surgir las fiestas gastronómicas. Si bien al principio era un motivo de disfrute para los habitantes, más adelante pasaron a ser un reclamo turístico. Hoy, las fiestas gastronómicas son una excusa para conocer distintas localidades de la geografía de España. En el artículo explicaremos cómo se empiezan a celebrar y los distintos formatos a los que puedes acceder.
Las primeras fiestas gastronómicas
Las fiestas gastronómicas han servido para popularizar determinados platos tradicionales o de extracción popular. Una de las más antiguas es la Festa do Polbo de O Carballiño, en Ourense, que data de 1964. Aunque es una villa de interior, destacaba por tener en su comarca a buenas profesionales en la cocción de este cefalópodo. Paralelamente, determinadas bebidas también empezaron a tener su sitio, caso del vino Albariño. Algunas celebraciones han llegado a tener la consideración de Fiesta de Interés Turístico. Por lo tanto, podemos decir sin ambages que han llegado para quedarse.
En otros casos (la mayoría), las fiestas nacen desde el afán de buscar salida comercial a un determinado sector. El caso de la faba en Lourenzá (Lugo) es paradigmático, porque en los años 1980 su cultivo empezaba a decaer. Se busca difundir las bondades de un producto que, siendo de buena calidad, es desconocido fuera de su ámbito territorial de origen. Además, si eres foodie, te interesará conocer algunos alimentos de calidad que, por su poca productividad, se han ido abandonando. Esta es, probablemente, una de las pocas oportunidades de supervivencia que le quedan a las poblaciones rurales.
Cómo son las fiestas gastronómicas
El formato de las fiestas gastronómicas consiste, normalmente, en una degustación de raciones de un producto. Aunque en algunos casos esta puede ser gratuita, lo habitual es que se pague. Las fiestas gastronómicas son, sobre todo, un escaparate, de ahí que puedas encontrar puestos de venta especializada. La extensión del formato ha favorecido la instalación de puestos de feria y otros productos. Por lo tanto, estas celebraciones sirven, no solo para exaltar un producto, sino también para dinamizar la economía de la localidad. En algunos casos, se han convertido en todo un acontecimiento que atrae gentes de toda la región.
También hay que señalar que, en algunas fiestas patronales, se ha popularizado el consumo de un determinado producto. En las fiestas de San Froilán, en Lugo, es una norma no escrita el consumo de pulpo á feira en las casetas. Otro caso característico es el de algunas zonas de La Rioja, donde se realiza un consumo ritual del llamado zurracapote, una bebida alcohólica de baja graduación. En cualquier caso, la utilización de un plato gastronómico como atractivo está cada vez más extendida. Finalmente, hay que señalar que, si eres foodie, no te costará encontrar algún evento de estas características cerca de tu ciudad.