El aperitivo es una pequeña porción de comida que tiene el objetivo de estimular el apetito. En función del país, tiene nombres o una idiosincrasia diferente. En España, hay que indicar que las tapas han cumplido con esa función desde principios del siglo XX. En Portugal, se habla de petiscos, aunque la función es similar. En cualquier caso, durante el Renacimiento ya se empezó a poner de moda este hábito entre las clases pudientes italianas. En el artículo vamos a hablar del origen de los aperitivos en este país y cómo ha evolucionado esta costumbre. Finalmente, señalaremos alguno de los platos más populares.
El aperitivo en el Renacimiento
Los testimonios de recetarios de cocina datan del Renacimiento en la Corona de Aragón. En Italia, en el siglo XVI tenemos referencia de alimentos que se comían antes de los platos principales, llamados antipasti. Quizás sea curioso saber que, en un principio, se consumían indistintamente productos dulces y salados. En cualquier caso, el objetivo de estos alimento era estimular el apetito, de ahí que se consumiesen en pequeñas cantidades y estuviesen bien vistos por los facultativos. De esta forma, se habituaba al estómago para el banquete que iba a venir después.
Es importante recordar, no obstante, que estas costumbres estaban circunscritas a los banquetes. En ocasiones, se puede perder la perspectiva, pero no hay que olvidar que, en las clases humildes, no existía esta variedad. A partir del siglo XVI, se impuso como costumbre la inclusión de estos entrantes, que podían ser fríos y calientes. Otra cuestión que hay que considerar es la diversidad geográfica, pues los ingredientes variaban una enormidad dependiendo de la zona del país. La Italia del Renacimiento era un mosaico de pequeños Estados que competían entre sí. En ocasiones, esta rivalidad se trasladaba también a la hora de determinar cuál era el mejor antipasti.
Los aperitivos más comunes
Toscana fue una de las regiones de referencia en los siglos XV y XVI, de ahí que sus antipasti fuesen los más vendidos. Las bruschettas consisten en rebanadas de pan tostado con algún relleno o embutido encima, siendo una de las opciones más elegidas hoy. En la Emilia-Romaña, también se opta por el jamón o por los quesos, acompañados por aceitunas. Otra opción, extendida en todo el país, es la frittata, un primo hermano de la tortilla francesa, aunque cuenta con más ingredientes. Además, desde la unificación italiana, ha habido una cierta homogeneización de hábitos culinarios.
Finalmente, hay que indicar que el consumo de antipasti es, hoy, un hábito en los restaurantes italianos. Ahora bien, siempre y cuando tengas la intención de comer a la carta una comida completa. La secuencia es la siguiente: antipasti, primer plato, segundo plato y postre. De todas formas, también hay que decir que existen otras modalidades y que, al fin y al cabo, los italianos están acostumbrados al trato con extranjeros. Por este motivo, y si no quieres comer un aperitivo, tampoco se van a extrañar. También existen otras opciones gastronómicas más simples y que, como buen foodie, podrás disfrutar.