El descubrimiento de América permitió que los colonos europeos conociesen varias especies de alimentos que incorporaron a su dieta. Los casos más llamativos de productos americanos son la patata, el cacao, el maíz y los tomates. Todos estos alimentos sirvieron, no solo para la alimentación humana, sino también para el forraje del ganado. Además, en algunos casos, se pasaron a cultivar en régimen de plantación en climas tropicales de África y Asia, donde se obtenían mejores rendimientos. En este artículo, haremos un recorrido por varios de estos productos americanos sin los que no se puede entender la cocina occidental de hoy.
Vegetales americanos
Lo cierto es que había casos de consumo masivo de algunos de los productos americanos pero, en otros, como el cacao, se trataba de alimentos de lujo. En México, consumir cacao era signo de distinción social. Sus semillas se utilizaban como moneda. Sin embargo, es importante señalar que la patata o el maíz eran fundamentales para la alimentación de varios pueblos precolombinos del sur del continente, en especial en el Imperio Inca. Además, es importante destacar que el tomate era de consumo habitual por parte de Mexicas y Mayas, en especial la variedad verde. Cuando llegaron los conquistadores, al principio, vieron estos productos con curiosidad.
Estos productos ayudaban a completar el aporte en vitaminas y carbohidratos de la población europea. Sin embargo, su extensión social fue tardía, y en ningún caso anterior al siglo XVIII. Esto no significa que no hubiese ya plantaciones en el siglo XVI en el Viejo Continente, pero los usos eran dispares. Por ejemplo, el cacao está vedado a la aristocracia y algunas confiterías especializadas hasta finales del siglo XVIII. La patata, por ejemplo, solo se extiende en España gracias al impulso decidido de Carlos III para acabar con el hambre. El tomate es de consumo habitual en Inglaterra como complemento nutricional. El maíz se planta en el noroeste de España como alimento para el ganado.
Los vegetales americanos hoy
Como regla general, podemos decir que, en el siglo XXI, es posible consumir estos productos americanos en todo el mundo. La colonización de África y Asia en el siglo XIX hizo que estos productos se plantasen en latitudes que, hasta ese momento, los desconocían. Hoy la gastronomía mundial no se puede entender sin estos productos. Incluso, en zonas rurales europeas como Cataluña el pan con tomate (pa amb tomàquet) ya se consumía como alimento habitual a finales del siglo XIX.
Al fin y al cabo, la gastronomía de cada país se enriquece con nuevas aportaciones. Los productos que, en su origen, eran foráneos, hoy forman parte de nuestra gastronomía cotidiana. La tortilla de patatas española se crea en el siglo XIX gracias al tubérculo. El maíz también se utiliza para conseguir combustibles híbridos en automoción. También sirve para elaborar harinas, tartas o alimentos festivos como las palomitas. El cacao es parte fundamental de los pasteles y dulces, con el que se consigue elaborar chocolate. En definitiva, no podemos entender la cocina global sin la contribución de estos productos americanos.