Cocinar la carne es un verdadero arte. En Cooking For Foodies somos expertos en dotar a la carne del punto justo para que nuestros productos de quinta gama luzcan como verdaderas obras maestras de la gastronomía. Como no somos codiciosos, queremos compartir contigo algunos consejos que harán que sepas reconocer perfectamente cuál es el punto exacto para cocinar la carne o para degustarla, si es que finalmente te decantas por alguna de nuestras especialidades (como la pierna de lechazo confitada o la placa de cochinillo sin hueso confitada). Toma papel y boli y anota unas sugerencias que te harán subir varios puntos como sibarita. Si prefieres algo más sanete, sabes que también sugerimos recetas vegetales y de ensaladas.
El corte: fundamental a la hora de cocinar la carne
En efecto, el corte es un aspecto importantísimo para cocinar la carne. El grosor de la pieza será fundamental a la hora de manejar tanto los tiempos como la intensidad del proceso. Posteriormente hablaremos de otros criterios fundamentales como el tipo de animal. Por el momento, aportamos una serie de pautas que tienen que ver con el «grosor» del producto.
Para carnes que sean duras y correosas la cocción será larga y a temperatura suave. Para cortes finos (independientemente del animal) será a temperatura alta y durante poco tiempo. Como es un corte fino, nos interesa que esté el menor tiempo posible. En el caso del pollo podemos fijarnos en el color que toman los bordes. En el preciso momento en que empiezan a blanquear, podemos dar la vuelta. Tiempos similares son los que necesita la ternera y el cordero (chuletas, por ejemplo). Para el caso del cerdo necesitaremos más tiempo ya que es una carne más firme y con menos sedosidad.
Otro aspecto fundamental es el de la sal. Por ejemplo, para el chuletón (y en general para cualquier corte grueso) podremos «abusar» de la sal. De hecho, lo correcto es cubrirlo por completo de sal por encima, ya que este tipo de carne absorberá sólo la que necesite. Sin embargo, en el caso de cortes finos como el solomillo los salaremos justo antes de meterlos al fuego. Igualmente, si es un corte fino existe la posibilidad de salarlos una vez terminados ya que tampoco van a estar demasiado tiempo. En consecuencia, no perderán demasiados jugos.
El caso del entrecot
En el caso de las carnes rojas vamos a distinguir seis puntos. Nos basamos en el entrecot como pieza referencia. Como podréis observar, consistirá en subir la temperatura y el tiempo según queramos un resultado u otro.
Punto Azul
Consiste en ese cocinado que deja la parte de fuera sellada y el interior prácticamente crudo manteniendo toda la sedosidad propia de las buenas carnes. Para conseguirlo por ejemplo en un entrecot será suficiente con tres minutos a una temperatura de 50 grados.
Poco hecho
Es el siguiente punto para cocinar la carne. Consiste en darle además del sellado una pequeña cobertura cocinada alrededor del centro. Igual que en el punto azul, la carne preserva toda su textura intacta.
Termino medio
Un punto más hecho que el anterior aunque sin llegar a ser «al punto». En este tipo de punto la cocción se reparte a la mitad entre el sellado y el rojo. Unos ocho minutos a 55 grados será perfecto.
Punto
Es el que se considera el perfecto. Sin embargo, es cuestión de gustos, evidentemente. Para conseguirlo con el entrecot daremos entre 60 y 65 grados de temperatura durante algo menos de diez minutos.
Hecho
Entre 75 y 70 grados, diez minutos. La carne queda «cocida» también en el interior.
Muy hecho
Para los más escrupulosos y, según algunos, para los que no saben apreciar la carne. 70 grados y 12 minutos de cocción será suficientes.
No hay nada mejor que probar alguna de nuestras especialidades para comprobar cuál es el punto exacto de la carne. Cooking For Foodies bate todos los récords del sibarita: prueba nuestras especialidades en carne y comprueba a qué sabe la emoción.