Pocos alimentos hay con más mitología que las salchichas, por razones que vamos a comentar. Este producto se utiliza en varios contextos aunque, en las últimas décadas, se popularizó en España como comida rápida. En las grandes ciudades como Barcelona y Madrid algunos bares se especializaron en preparar estos bocadillos. La ventaja es que, en pocos minutos, podrías comer una salchicha caliente con salsa a unos precios económicos. Por lo tanto, ha sido una alternativa para la clase trabajadora y los estudiantes. En el artículo, vamos a dar unas claves para que sepas cuánto hay de realidad y cuánto de mito.
El origen de las salchichas
La salchicha, a fin de cuentas, es un producto asociado a la matanza del cerdo. Es bastante fácil de preparar, puesto que solo se necesita el intestino (hoy se fabrican con tripa sintética) e introducir un relleno de carne picada. Es fundamental tener en cuenta, además, que las salchichas pueden ser frescas o ahumadas, variando en función de cada caso. De hecho, hay que indicar que, cuando hablamos de salchicha del país, nos solemos referir a salchichas frescas que luego se pasan por la plancha. Hay que decir que ya en época babilónica se preparaban estos alimentos.
Por lo tanto, durante toda la historia hemos tenido salchichas. Hay que tener en cuenta que se pueden preparar con carne de varios animales, como el cerdo, la ternera o el pavo. Un ejemplo de salchicha no porcina es la tradicional alheira de Portugal, que en sus orígenes se preparaba con carne de ave. Por otra parte, en Alemania existe una salchicha muy popular elaborada con carne de ternera, el Bratwurst. Sin embargo, el rey de este tipo de alimentos sigue siendo la salchicha de Frankfurt, que se elabora con cerdo. Normalmente, se han utilizado piezas con alto contenido en grasa y más económicas, aunque esto está cambiando.
Las salchichas en España
Las salchichas se pueden consumir como alimento de quinta gama, y el caso de las ensaladas alemanas es paradigmático. Ahora bien, es habitual que se preparen como alimento para los más pequeños, caso de los frankfurts, o que se sirva en bares. Sí es cierto que en los últimos años ha habido una mayor concienciación sobre la calidad del producto. Se busca que las proporciones de grasa se reduzcan y que este alimento resulte más saludable. Por otro lado, también es posible encontrar salchichas combinadas con leche.
Si hay que hacer un pronóstico, concluimos que se va a seguir comiendo este embutido por muchas razones. En primer lugar, porque sus variedades frescas son típicas de la gastronomía de determinadas zonas, como es el caso de la butifarra en Catalunya. En segundo lugar, porque a los más pequeños de la casa les suele gustar esta comida en contraposición a los bistecs de toda la vida. Finalmente, porque es una forma barata y rápida de comer cuando no hay tiempo suficiente. Por todos estos motivos, consideramos que las salchichas van a seguir muchos años con nosotros, aunque mejorando la calidad.