La sopa es seguramente el máximo representante de la frugalidad en el mundo de la gastronomía. Una elaboración que ha triunfado especialmente entre ascetas, ermitaños, eremitas y anacoretas. Se rumorea que de hecho el plato preferido de Simón del desierto era la sopa de espinas. Bromas aparte, la sopa ha sido una gran maltratada, en muchas ocasiones por nuestra propia culpa. La pereza o la ignorancia han hecho de un caldo inconsistente algo a lo que ingenuamente llamábamos sopa. Nada más lejos de la realidad. Un Foodie debe saber sacarle todo el partido a esta elaboración que, de paso, es una forma de comer saludable a cambio de muy poco. Con la intención de volverte a hacer disfrutar de una simple sopa nace esta entrada. Te sugerimos algunas claves que, de la mano de nuestros productos podrás aprovechar al máximo.
Sopa: manual de instrucciones
Hacer una sopa no es calentar agua y echarle una pastilla de caldo. En muchas ocasiones confundimos caldo y sopa y no es lo mismo. Sería como confundir arroz blanco y paella. El caldo es la base de la nuestra, sin embargo NUNCA debe ser el único ingrediente. Con añadir fideos no vale: queremos ir más allá.
En primer lugar, si vas a elaborar un caldo dale un poco de vida. Por ejemplo, si queremos hacer una de pollo y verduras, siempre será buena opción rehogarlo todo antes de añadir el agua. No es ni de lejos parecido el sabor que puede dar un alimento después de darle un golpe de calor a uno que echamos en crudo. No se trata de cocinarlo: dale unas vueltas para que todo tome color y después añade el agua. El resultado verás que es sorprendente.
En relación al punto anterior, no todo en la vida es sofreír. ¿Te gustan las verduras asadas? ¿Por qué no hacer una sopa con ellas? Hornea las verduras envolviéndolas en papel de aluminio. También puedes hacerlo sin él, aunque los jugos quedarán menos concentrados. Después de que estén listas puedes cortarlas y emplearlas para hacer el fondo. Algunos vegetales quedan especialmente buenos si previamente los horneamos ya que se calamerizan. Tal es el caso de la cebolla, la calabaza o la zanahoria.
Algunos consejillos más
El paso del horneado anterior vale también para los huesos. No tienes por qué echarlos en crudo: los huesos se pueden hornear y de hecho es de ellos de donde se saca un delicioso líquido: jugo de carne.
Añadir a los ingredientes algún tipo de aderezo para mejorar su sabor es también interesante: limón, miel, Pedro Ximénez… En general, todo lo que pueda aportar un fondo interesante a nuestra sopa será bienvenido.
La textura es otro aspecto fundamental de cualquier sopa. Para que te hagas una idea, debe ser un intermedio entre el puré y el agua mineral en cuanto a color y densidad. Ni muy espesa ni tan clara como le gusta a Judit Mascó. Para ello, puedes rectificar siempre en el último momento. Hay determinado paso en el que nuestra sopa es aún un caldo para cualquier otra elaboración. Podemos separar ahí parte para hacer un caldo y dejarla líquida o añadir un poco de patata si la queremos más espesa.
Próximamente haremos un post dedicado a algunas recetas de sopa. Será interesante, así que estad atentos. Descubre aquí otras recetas. Para todo lo demás, en CCGS Sous Vide ya sabéis que contáis con vuestro espacio gastronómico en vuestra misma casa a partir de nuestra web. La gran variedad de productos que ofrecemos dan para elaborar cualquier tipo de sopa. No te lo pienses y prueba, cocina y experimenta. Para ello, nuestros productos de quinta gama son una forma excelente de volver a enamorarte de la gastronomía.