La sopa es seguramente el máximo representante de la frugalidad en el mundo de la gastronomía. Una elaboración que ha triunfado especialmente entre ascetas, ermitaños, eremitas y anacoretas. Se rumorea que de hecho el plato preferido de Simón del desierto era la sopa de espinas. Bromas aparte, la sopa ha sido una gran maltratada, en