Freír un alimento o saltear es una necesidad, y en el caso de las verduras, conseguimos que se puedan comer. Ahora bien, si eres foodie, probablemente te hayas preguntado si hay alguna forma de evitar el despilfarro y exceso de calorías derivado del uso del aceite.
Bien, lo cierto es que en China y el sudeste asiático nos llevan ventaja, y la utilización del wok como instrumental de cocina les ha ahorrado problemas y, por supuesto, manteniendo todo el sabor y calidad del producto. En este artículo vamos a hablar de su historia y ventajas.
Qué es un wok
Lo cierto es que el vocablo wok viene de una técnica de preparación de la comida propia de la región china de Cantón, llamada «Wok hei» y que consistía en remover los alimentos para que el sabor del plato fuese homogéneo, y siempre con una llama alta. Esta técnica de cocina se ha extendido al resto de China y países limítrofes en el sur, siendo un exponente de la cocina asiática. Normalmente, se utiliza en platos de verdura, pasta o carnes, pero hay que recordar que en China raramente la carne es el ingrediente principal. Muchos restaurantes chinos y asiáticos ya ofrecen la técnica de cocina en wok como atractivo comercial.
Para el profano, podemos decir que el wok es una especie de sartén, comúnmente de acero, profunda, abombada y grande. La razón por la cual hay foodies que ya la están utilizando para sus creaciones gastronómicas caseras es que tiene varios usos, pues vale para saltear, freír o incluso cocer. Además, un wok necesita muy poco aceite en comparación a las sartenes convencionales, por lo que es un ejemplo de eficiencia económica. En los últimos años, la venta de este accesorio de cocina se ha disparado debido al valor añadido que ofrece.
Recetas con wok
Aunque ya hemos dicho que, mayoritariamente, el wok es para verduras, pasta o carne, vamos a ofrecer dos recetas. La primera es el salteado de verduras con pollo (carne más consumida en el país), que en poco tiempo nos permite probar un plato sabroso y nutritivo. Consiste en trocear los ingredientes, pollo, zanahoria, cebolla, ajo y champiñones y, antes de ponerlos en el wok, añadir el aceite de oliva. En menos de media hora tendremos un plato equilibrado y con pocas calorías. Es una de las recetas de más éxito en los restaurantes asiáticos, precisamente por su simplicidad no exenta de sabor.
La segunda receta que te ofrecemos son los fideos en wok, otro clásico de la cocina asiática. Los fideos chinos pueden ser de arroz o de trigo, siendo más común el uso del arroz en el sur y el trigo en el norte. La ventaja es que la pasta con la que se elaboran ya es algo salada y, por lo tanto, en la preparación no nos tenemos que preocupar de ese elemento. Para que no resulte insípido, se pueden añadir champiñones junto con los fideos. En este caso, añadir vino puede potenciar el sabor.